Fuente: Engadget
Enlace: http://es.engadget.com/2012/09/16/freemium-iphone-5/

Y llegó el esperado día. Un ‘doce’ que proyecta una sombra con un ‘cinco’ fue todo lo que necesitó Apple para poner de los nervios al mercado. Aunque en realidad no había ya secretos: conocíamos prácticamente en detalle las características del plato fuerte que iban a presentar los de Cupertino. Y no tardó en llegar: Apple presentó al mundo el iPhone 5, la esperada evolución de la saga que se ha ganado a pulso ser considerada la referencia en el mundo de la telefonía móvil. La apuesta no era menor puesto que los rivales cada vez achuchan con terminales más solventes. El último modelo a Apple se enfrentará a auténticas bestias pardas como el Galaxy S III o el Lumia 920 en un mercado cada vez más apasionante.
Como apuntábamos, la tensión estaba en lo más alto y en eso los de la manzana son unos auténticos maestros. Poco importaba ya que conociéramos hasta el último tornillo del smartphone mediante filtraciones -que invitan a una reflexión, dicho sea de paso-: el mercado ansiaba conocer cuál era la respuesta de Apple al feroz ataque sus rivales. Quedémonos con dos claves antes de analizar el nuevo buque insignia de la casa: las ventas del iPhone siguen gozando de una excelente salud y el ecosistema iOSmantiene un constante crecimiento, y por otro lado… ¿ha decepcionado Apple con esta nueva versión?. Vamos con ello.

Expectativas y más expectativas. Seas un Apple fanboy o un fandroid, lo cierto es que el producto que ha presentado el fabricante estadounidense es redondo. Son ya muchos años curtiéndose en un mercado que conoce bien, y limando las pequeñas asperezas que van surgiendo entre los usuarios a los que dosifica con mejoras en una coordinación en el tiempo casi perfecta. El nuevo iPhone es un gran teléfono, pero… ¿está realmente a la altura de las expectativas del terminal? Los de Tim Cook han sabido calentar el ambiente con las antes mencionadas filtraciones y el público cae fácil en el embrujo dejándose llevar por la pasión. Queríamos que Apple nos embriagara con un terminal deslumbrante, que nos dejara atónitos, y nos ofrece un poco más de lo mismo, pero perfeccionado.
Estas eran las expectativas. Ahora atacamos los hechos. El iPhone 4S ha sido un rotundo éxito de ventas que cuenta además con un índice de satisfacción entre los usuarios sin par en el mercado. El ecosistema en el que se mueve el terminal es el que cuenta con un mayor número de aplicaciones, y lo que es más importante, el que despierta más interés entre los desarrolladores, lo que garantiza que la oferta siga creciendo y sentencia que el modelo de negocio funciona para todos. Con este caldo de cultivo, Apple se ha esforzado en mejorar lo presente, que no es poco. El nuevo iPhone es más fino (ni más ni menos que un 18% más que el iPhone 4S) y más ligero, y todo ello aumentando su pantalla hasta las cuatro pulgadas. Uno podría pensar que al crecer el terminal se sacrificaría algún factor, pero ha sido justo al contrario: Apple ha exprimido aún más los límites de desarrollo logrando mejorar sus propias marcas.
El reto en lo que respecta al diseño del chasis se había logrado, pero… ¿y el resto de las mejoras? Lo cierto es que los de Cupertino no han ofrecido un cambio sustancial (o si lo prefieres, revolucionario) más allá del tamaño y formato del terminal, que provoque un salto de versión. Posiblemente porque no lo necesite. El mérito de los de la manzana ha consistido en ofrecer la misma resolución de pantalla en un formato superior reduciendo grosor y peso, mientras que en el apartado de la fotografía -que tanta importancia ha otorgado siempre Apple- ha mantenido el excelente nivel del sensor del 4S, reduciendo su tamaño y ofreciendo un modo panorámico como guinda. La llegada del conector de 9 pines -bautizado como Lightning– es también una consecuencia lógica de las estrecheces del nuevo formato, pero Apple ha sabido liderar un cambio tan traumático con tranquilidad (ofrece un adaptador al grueso de los usuarios del conector anterior mientras dura la transición).
El grueso de los cambios se completa con el nuevo chip A6, que ofrece un rendimiento notablemente superior al predecesor, y la sustitución de la microSIM por la nanoSIM. Apple ha logrado, en este sentido, un terminal muy a la altura de sus rivales, sobre los que no destaca en nada en particular. Y posiblemente ése sea su mérito. El iPhone 5 es posible que haya decepcionado a una parte muy importante del mercado (también lo hizo el 4S), y sin embargo, será un arrollador éxito de ventas. Sólo Apple nos puede ofrecer un móvil que no brilla… pero deslumbra.